Capítulo 10: Flores Higan de Muenzuka


Era la semana del equinoccio de otoño. El dueño de Kourindou, Morichika Rinnosuke, fue al Montículo de los Sin Nombre, Muenzuka, donde las flores higan habían florecido completamente. Aunque decía que fue a visitar las tumbas, su objetivo era buscar “tesoros” que hayan cruzado la barrera. Entre esos raros objetos había un extraño hueso, y Rinnosuke obviamente no podía ocultar su perplejidad... ¡El esperado regreso de una historia original basada en la popular saga de juegos doujin de Touhou!

Flores Higan de Muenzuka

El profundo color rojo del veneno de las flores higan bloqueaba el camino. Esas tierras estaban protegidas por aquellas extrañas plantas, bellas y efímeras, como si no fueran parte de este mundo. Ciertamente, creo que en ese lugar ambos lados de la frontera, incluso otro mundo, están mezclados como en “una intersección imposible de fronteras”. En aquel misterioso lugar aparecen artículos que nunca antes había visto.

—Vaya, hay una montaña de tesoros aquí.

Cuando llega el equinoccio de otoño siempre voy a visitar las tumbas. Pero no es un cementerio normal. Es un lugar donde los humanos de Gensokyo sin familiares, los muertos sin nombre, van a descansar. Sí, voy al Montículo de los Sin Nombre, Muenzuka.

Y por qué hay un lugar como Muenzuka en Gensokyo, donde la cantidad de humanos es pequeña, pues es un efecto del actual balance entre humanos y youkais. No hay humanos que exterminen youkais completamente, y difícilmente hay algún youkai que ataque humanos. Sería un problema si el número de alguno de los dos aumentara, y también sería un problema si disminuyera.

Si un cuerpo es abandonado, por lo general termina siendo comida para youkai. Y tener youkais devoradores de cadáveres cerca no es muy saludable. Comenzarían a esparcirse enfermedades, lo que no sería bueno para los humanos. Además, los humanos podrían convertirse en youkais después de morir. Si la cantidad de humanos baja y la de youkais sube, el equilibrio actual se quebraría.

Por eso, últimamente ni los cuerpos de los sin nombre son abandonados en Gensokyo. Sus restos son cremados y puestos a descansar aquí. ¿Por qué estaba yo allí?, obviamente, para dejar mis respetos a los muertos. Y claro que no había ido para buscar los excepcionales objetos que traían consigo del exterior.

Sí, la mayor parte de los muertos sin familiares en Gensokyo son gente del exterior. La pared entre ese lugar y el Inframundo es delgada. Y como consecuencia, Muenzuka también está cerca del Mundo Exterior. Allí llegan personas, fantasmas, incluso extraños objetos.

—Gracias al rojo veneno de las flores higan, este lugar está inmaculado. Es como una montaña de tesoros.

Desde el comienzo no encontré más que cosas interesantes, como un bol sin fondo o una linterna espiritual que brillaba con la luz de los fantasmas. ¿Eran objetos del Mundo Exterior? ¿O tal vez eran del Inframundo? Lo diré las veces que sean necesarias: no fui allí a buscar objetos, fui para darle mis respetos a los muertos sin nombre. Los artículos que estaba recogiendo tan frenéticamente eran una recompensa por haber ido a rezar por aquellos hombres muertos sin nombre. Esa es la única razón por la que me los llevaba sin vacilaciones.

Al final ese alegre sentimiento fue destrozado por un incomprensible incidente.

Mientras contaba los huesos luego de la cremación, de alguna forma la cantidad no coincidía con el número de cuerpos. Y no era como si sobrara un cuerpo entero, por alguna razón el excedente solo era una parte. Bueno, ya que no tenían a nadie que reclamara los huesos, el hecho de que fueran demasiado no era exactamente un problema, pero aun así...

—¿Había tantos muertos sin nombre, Rinnosuke-san?

Sin resolver el inexplicable acertijo volví a mi tienda, Kourindou. Sin embargo, mientras yo, el dueño, estaba afuera, la siempre egoísta sacerdotisa y la maga usualmente egoísta se habían instalado egoístamente en mi tienda. Como siempre.

—Ahh, la mayoría de los fallecidos sin nombre eran humanos del exterior. Como sabes, Reimu, hay muy pocas personas sin familia en Gensokyo. Hay gente que se salva de ser comida de youkai, pero se extravía y termina aquí, siempre hay algún muerto en Muenzuka.

—¿Y qué es toda esa basura que traes? Siempre traes un montón de cosas raras —dijo Marisa.

Como sea, parecía interesada en lo que había recolectado.

—¿Esto? Es lo que cayó en Muenzuka, Marisa.

—Saqueo de tumbas, ¿eh?

—Ciertamente, saqueo de tumbas. Qué horror.

—¿Saqueo de tumbas? No son ofrendas. ¿Quién de Gensokyo dejaría ofrendas en Muenzuka de todas formas? Estas cosas seguramente hayan sido arrojadas por alguien y terminaron acá.

—¿Entonces es solo basura? Nadie compraría eso.

—No es para vender, al menos no por ahora.

Solo es cuestión de tiempo para que la basura se convierta en herramientas. Es como el ciclo de la muerte y reencarnación.

Para evitar más discusiones cambié de tema, intenté comentarles sobre el hueso extra que había encontrado.

—Por cierto, Reimu... ¿Hubo algún incidente importante en Gensokyo últimamente?

—Bueno, sí. Hubo este gran incidente, pero no fue nada importante.

—Como siempre, no se sabe si fue grande o no... Bueno, como sea, es solo algo extraño que sucedió.

Intenté explicarles a ambas sobre ese hueso que me perturbaba.

—¿Y entonces... quieres comer sushi o qué?15

Marisa estaba diciendo cosas sin sentido así que la dejé hablando sola.

—¿En serio? Un hueso de más...

—Ajam. Mira, aquí está.

—¡Agh, ¿por qué trajiste algo así?!

—Es un hueso del brazo derecho, ¿no? En el equinoccio de primavera había aparecido el hueso de una pierna derecha...

—¿No me digas que estás tratando de armar la mitad derecha de un cuerpo pieza por pieza?

Eso fue lo que dijo Reimu.

—Para nada, no tengo la menor idea. ¿Esa gente muerta no es mayormente del exterior? Si está pasando algo raro, ¿no sería en el Mundo Exterior?

—Qué gracioso oír a una sacerdotisa llamando a los cadáveres como “esa gente muerta”.

Marisa se estaba burlando de ella.

—Puede ser, pero pensar que un cuerpo esté entrando a Gensokyo pieza por pieza...Espero que nadie del Mundo Exterior esté planeando algo malo.

—Pero este hueso... Estoy segura de que no es humano.

Reimu había comenzado a decir cosas raras otra vez.

—No importa cómo lo veas, esto es un hueso humano, ¿no? ¿Qué tipo de hueso crees que es?

—Es solo que... no hay ningún signo del alma de cuando estaba vivo.

—¿Eh? No sabía que podías ver ese tipo de cosas, Reimu —dijo Marisa mientras parecía sorprendida.

—Bueno, soy una sacerdotisa, ¿no?

Al día siguiente fui a Muenzuka una vez más. Para seguir rezando, por supuesto.

Al final no había podido resolver el misterio del hueso extra del día anterior. Al contrario, se hizo más profundo al terminar la conversación. No me molesto con cosas que no entiendo, las olvido (una habilidad especial que hace la vida más fácil)... o eso quise hacer...

—Hmmm... Justo como esperaba, pero también me sorprende.

Ups. Parecía que la forma de hablar de Reimu se me estaba contagiando.

Y lo que era justo como esperaba era que ese día había otro hueso de más. Y lo sorprendente era que se trataba del hueso de un brazo derecho, idéntico al del día anterior. Miré alrededor para ver si había otro brazo derecho.

—Parece que hoy es el equinoccio del brazo derecho.

Raro. Si ese hueso era de un humano del exterior, entonces había mucha gente perdiendo solo sus brazos derechos allí. Pero no, no había forma de que estuviera pasando eso. Aunque alguien perdiera su brazo en un accidente, la conexión entre el cuerpo y el brazo no sería amputada. Incluso separados, el brazo buscaría a su antiguo cuerpo y dicho cuerpo tendría la impresión de que todavía lo tiene. El alma de los humanos está alojada en todo el cuerpo independientemente de su condición física.

En ese momento empecé a pensar en cuál era el efecto de la barrera de Gensokyo en las cosas. Cómo afectaba los “pensamientos” de la gente. Si una pared material es “una pared que no permite atravesar los cuerpos”, entonces la barrera es “una pared que no permite atravesar los pensamientos de la gente”. Atravesar la barrera (en otras palabras, desaparecer físicamente) es algo que sucede durante un estado mental en particular, cuando la consciencia es difusa, solo así se puede cruzar. Para que un brazo atravesara la barrera tendría que pensar diferente del cuerpo. ¿Un humano cuyo brazo y cuerpo tengan pensamientos diferentes? No creo que exista tal humano, mucho menos que haya varios de ellos. Así que tal vez Reimu tenía razón y eso no era un brazo humano.

Pero como sea... era un hermoso hueso. No se podía ver ningún signo de maltrato en él. Era tan grande como el de un adulto, pero se veía como el de un bebé. ¿Podría un humano haber crecido tan perfectamente? ¿Será que había sido criado por una familia apartada y sin preocupaciones?

Mientras pensaba en eso, miré a la flor higan que florecía a mis pies. Su tallo no tenía ninguna hoja. Esta extraña flor no tiene hojas en su tallo, crece directo del suelo como una gran flor roja. Sin hojas, y con mucho veneno; era una flor apropiada para el lugar en el que descansan los muertos sin nombre. La impresión que me daba es que su belleza no tenía nada que ver con lo demás... pero estaba ese cuerpo que había sido amputado de su relación con su puro brazo. Me imaginé un escenario donde los brazos derechos crecían en una fila como lo hacían las flores higan y sentí un inquietante sentimiento.

—¿Y qué hay con los modelos de producción de brazos derechos?

Cuando regresé a mi tienda, el siempre egoísta dúo estaba esperándome.

—Ah, aquí hay uno.

—Que haya otro más no quiere decir que tengas que traerlo aquí también... —dijo Reimu mientras sostenía su taza de té en una mano y mordía una galleta de arroz.

—Hmmm... Hay algo que me preocupa.

Fui al fondo de mi tienda y comparé el hueso que encontré ayer con el que acababa de recoger.

—¿Qué es lo que te preocupa? Ahh, no tomé esta galleta de aquel estante, lo saqué de este.

Eso no era lo que me preocupaba. La galleta de arroz que estaba en el estante cerca de Reimu no era de las caras. Reimu tiene la costumbre de no elegir nada e ir directamente a lo mejor de mi tienda. Así que la galleta de arroz que Reimu estaba comiendo...

—No, espera... ¡Eso no es lo que me preocupa! Son los huesos.

Cuando dije eso Marisa dejó su libro a un lado y miró un poco molesta.

—Está bien, ya es suficiente. Si tienes tantas ganas de comer eso, lo cocinaré hoy —declaró Marisa sorpresivamente y fue derecho a la cocina.

Bueno, no sabía qué era lo que la ponía tan molesta, pero conociendo a Marisa debía ser algo simple. Dijo que iba a preparar la comida, así que no debería estar tan molesta... Como sea, estábamos hablando sobre los huesos.

—¿Y bien? ¿Qué es lo que te inquieta de los huesos, Rinnosuke-san?

—Ah, es solo que el brazo derecho que recogí ayer y el que tomé hoy, si los miras de cerca... son exactamente iguales en cada detalle. Ni los huesos de gemelos son tan parecidos. Parece que solo están duplicados.

—¿Y entonces qué es lo que te molesta?

—¿No lo entiendes? En pocas palabras, este brazo derecho y aquel brazo derecho son de la misma persona... o eso creo.

—¿En serio? Qué misterioso. Pero debe ser normal.

—¿Cómo es que esa respuesta sin sentido ayudará en algo?

Reimu parecía que se había rendido mientras bajaba su taza de té.

—¿No dijiste que eran del Mundo Exterior? Lo que pase allí está fuera de mi control. Además, no tengo idea de lo que suceda allí. Estos podrían ser de un humano con seis brazos.

—Aunque fuera de un humano con seis brazos, no es normal que solo el brazo cruce la barrera. Y esa sí es tu área de conocimiento, ¿no es así? Pensé que entenderías que el hecho de que cruce solo una parte del cuerpo es señal de youkais. La barrera no es solo un muro, ¿sabes?


—¿En serio? Qué interesante.

—Sí, realmente... espera. ¿Estás segura de que eres una sacerdotisa?

—Alguien me dijo que hay seres capaces de cruzar la barrera con solo ciertas partes de su cuerpo sin problemas... pero claro, la que me lo dijo ni siquiera era humana.

—¡Eso es lo que estoy diciendo! Este brazo humano no podría haber hecho esto. ¿Cómo es que lo llaman? ¿Un oopart16?

—¡No es así! —refutó Marisa. No, ella estaba en la cocina preparando la comida, así que tal vez fue mi impresión.

—Este brazo parece artificial. No muestra signos de tener un alma... No creo que este brazo haya experimentado una vida normal.

Reimu dejó su galleta de lado y tomó el hueso por primera vez. Todavía sostenía el té en su mano, solo intercambió la galleta de arroz por el hueso. Se veía tan distraída que parecía que en cualquier momento iba a morder el hueso por error.

—¿Así que este hueso no tiene nada humano en él? Entonces si atravesó la barrera puedo tratarlo como cualquier otro objeto que ocasionalmente llega a la deriva aquí. Pero aun así, claramente es de un ser vivo. Aunque sea de un humano con solo brazos derechos. Y al verlo con mis “ojos”, esto parece ser de un humano. Si fuera a adivinar...

Iba a decir que me imaginaba un lugar parecido a una fábrica o laboratorio, donde brazos de humanos se producían como si fueran herramientas, pero me detuve. Estas creaciones malditas serían tal insulto a la vida que lo reconsideré. Prefiero no pensar que los humanos harían algo tan tonto.

—Solo espero que los humanos del Mundo Exterior no estén haciendo nada estúpido —fue lo que dije.

—¿Pero no te ganas la vida vendiendo esos objetos que caen a la deriva de vez en cuando? ¿Y no estás siempre murmurando sobre los progresos del Mundo Exterior?

—El cuerpo de un ser viviente... no es una herramienta. Esta tienda no se meterá en esas cosas.

Nadie dijo una palabra por un rato, así que estaba bastante silencioso. Reimu hacía ruido mientras comía como si masticara algo. Estaba bastante seguro de que aún tenía el hueso en la mano, así que volteé a verla y ya tenía la galleta de arroz nuevamente. Bueno, era obvio. Y hablando de eso, ya casi era la hora de la comida, ¿estaba bien que estuviera comiendo?

—Ya está listo. El plato de hoy es chirashizushi17, justo como querías.

Marisa volvió alegremente de la cocina.

—¿Chirashizushi? Demasiado extravagante, ¿no crees? Así que por eso te tomó tanto tiempo... ¿Qué? ¿“Justo como quería”?

Tenía una expresión en su cara como si se estuviera burlando de alguien.

—¿Qué, no estuviste balbuceando sobre eso desde ayer? Sobre lo mucho que querías comer sushi —dijo Marisa.

—Es verdad, dijiste eso... —dijo Reimu mientras masticaba su galleta.

—Tú también, Reimu... ¿En serio dije eso?

—Me llevó tanto tiempo porque no pude encontrar un abanico para enfriar el shari. Tuve que ventilarlo con este sombrero y casi me muero porque no hacía casi nada de aire.


Ah, era por eso que Marisa decía “sushi, sushi” hacía un rato... Es tan ella.

—¿Qué haces? Si no lo comes pronto el chirashizushi se va a enfriar.

—¿Y no estabas trabajando duro para enfriarlo?

Reimu silenciosamente dejó la galleta en su bandeja mientras hablaba.

—Sushi, ¿eh? Esa fue una mala pasada, Marisa.

—Hmph, no quiero oír eso de alguien que se aparece frente a nosotras con el shari18 de alguien en sus manos, ¿entendido? Luego de morir, la gente se convierte en fantasmas. Los huesos solo son recipientes vacíos. Si tienes un problema ve a preguntarle a los fantasmas y listo. Si quieres shari19, el sushi de arroz es suficiente.

—Ya veo. Pero gracias a que traje estos huesos, conseguí un inesperado banquete. Me pregunto si esto también es por mi buena acción de ir a rezar a Muenzuka.

—Bastante atrevido para ser un saqueador de tumbas, ¿no?

—Vaya, esto está delicioso. Pero deberías ir a lavarte las manos antes de comer, Rinnosuke-san. Puede que tengas algo del veneno de las flores higan en ellas.

—Tienes razón, pero tú también tocaste el hueso, ¿no es así, Reimu? ¿Te lavaste las manos?

—Por supuesto que sí.

—¿Pero no estuviste aquí todo el tiempo?

—Marisa, ¿podrías pasarme más té?

—¿Qué? ¿Otra vez? ¿No lo tomaste?

Gracias al sushi que hizo Marisa, la tienda recobró su atmósfera alegre. Bueno, era más como una atmósfera ruidosa. Y como siempre, pude usar mi habilidad especial para dejar de pensar “completamente” en aquel hueso. Tal vez al día siguiente la flor higan ya no me parezca una flor extraña, sino una hermosa. Eso era lo que pensaba mientras me lavaba las manos en la cocina.



15. Un juego de palabras entre 舎利 (“shari”, lit. “huesos de la muerte”) y シャリ (“shari”, arroz en vinagre usado para preparar sushi), que se pronuncian igual.
16. OOPArt es el acrónimo en inglés de “out of place artifact” (“artefacto fuera de lugar” en español). Se usa para denominar a un objeto de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra en un contexto muy inusual o aparentemente imposible que podría desafiar la cronología de la historia convencional.
17. Un tipo de sushi.
18. Shari como sinónimo de huesos.
19. Shari como sinónimo del arroz en vinagre usado en el sushi.

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